9/8/08

El Plan

Dinero, un año de trabajo ganado en un sólo día. ¿Para qué? La riqueza no me acompañará en mi último viaje. Esta bolsa está cada minuto más pesada, aún así sigo caminando, el juicio empezará pronto, debo verlo, tengo que presenciarlo.

Años de ocupación romana pueden terminar hoy, el pueblo se levantará de la mano del señor y hecharemos de Judea a ese monstruo de siete cabezas para siempre. Este es el día, no hay fisuras en el plan... y yo soy parte de esto, seré un héroe para eso he sido elegido.

La voz de Roma ha hablado, uno será salvado, el otro morirá. La elección cae en el pueblo quien se decanta por el asesino, el charlatán morirá: el plan sigue en marcha.

La bolsa en mi cinturón pesa cada vez más, me asomo entre la multitud y lo veo: herido, humillado. Una mujer cae en llanto a mi lado y se desmaya, desearía poder decirle que todo saldrá bien, que mañana seremos libres... prometí callar, cumpliré.

Cada clavo que penetra en su cuerpo aumenta el peso en mi bolsa, de a poco empiezo a concebir la idea de que este plan falle... aún así todo ha sido como el me lo había anunciado en privado la noche anterior, sólo falta que su padre lo rescate y nos salve a todos...

Una esperanza se asoma en mis ojos, el cielo parece oscurecerse, se acerca un atormenta, una tormenta Divina... pero el sigue ahí colgado, triste... me encuentro lo suficientemente cerca para oir sus palabras, aún entre los gritos de su madre las oigo... hubiese preferido no hacerlo.

Me alejo del lugar comprendiendo que todo ha terminado, aunque no lo crea El se ha equivocado... y yo estoy solo; no me queda nada más que 30 monedas de plata y sus últimas palabras: Padre, ¿por qué me has abandonado?

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